Por María del Mar Parra
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Más de 400 salmoneras operan en Parques y Reservas Nacionales de la Patagonia, incumpliendo en cientos de ocasiones las normas ambientales. Científicos del mundo usaron el caso como ejemplo de la falta de protección de la naturaleza, en carta abierta ante la COP 16.
Rebosante de vida suele estar el fondo marino, excepto debajo de jaulas salmoneras, donde el exceso de nutrientes y desechos de los salmones dejan “zonas muertas”, según explican científicos que han estudiado el impacto de la industria. Esto ocurre en la Patagonia dentro de mares que están bajo protección oficial debido a su valor natural.
Específicamente, según un catastro realizado por la campaña ciudadana Salvemos la Patagonia, hay 406 concesiones salmoneras instaladas dentro de áreas marinas protegidas en las regiones de Aysén y Magallanes, las que representan un 30% del total de concesiones salmoneras en el país.
En Aysén, hay 8 concesiones salmoneras en el Parque Nacional Isla Magdalena, 2 en el Parque Nacional Laguna San Rafael y 313 en la Reserva Nacional Las Guaitecas. En Magallanes, hay 19 concesiones en el Parque Nacional Alberto de Agostini, y 66 en la Reserva Nacional Kawésqar. En total, estas concesiones abarcan más de 15 mil hectáreas.
Dentro de las áreas protegidas patagónicas, salmoneras han protagonizado escándalos ambientales y legales como la sobreproducción de salmones por sobre los límites permitidos y la modificación del fondo marino para ocultar el daño ambiental.

Catastros de la fundación Terram han registrado al menos 119 casos de sobreproducción de salmón que no fueron detectados por la entidad fiscalizadora; la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA). 24 ocurrieron en el Parque Nacional Alberto de Agostini, 84 en la Reserva Nacional las Guaitecas y 11 en la Reserva Nacional Kawésqar.

Ambientalismo y ciencia en alerta

El catastro actualizado de concesiones salmoneras dentro de Parques y Reservas Nacionales fue realizado por investigadores de distintas organizaciones agrupadas bajo la campaña Salvemos la Patagonia, que llama al retiro de las salmoneras de áreas protegidas, sin relocalización.

En esta campaña, participan 37 organizaciones, incluyendo ONGs de alcance nacional como Rewilding Chile, Terram, Chile Sustentable o incluso la marca de ropa outdoor Patagonia. Estas se suman al creciente movimiento de organizaciones territoriales de lugares como Chiloé, donde llevan años experimentando las consecuencias de la expansión salmonera.

La actividad industrial salmonera dentro de mares protegidos en la Patagonia también ha capturado la alerta de científicos a lo largo del mundo, debido a que esta región alberga algunas de las aguas más prístinas del planeta, por ahora.

Esta alerta quedó manifestada en una carta abierta firmada por más de 70 científicos de Chile, Argentina, Noruega, Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea y otros países, dirigida a líderes mundiales que se reunieron en Cali durante los primeros días de Noviembre para celebrar una nueva cumbre mundial por la biodiversidad, COP 16.

En la carta advierten sobre actividades industriales como la minería, la pesca industrial o la ganadería están operando en todo el mundo dentro de áreas naturales que están bajo supuesta protección oficial debido a su valor, menoscabando los esfuerzos por proteger la naturaleza. Mencionan la situación que ocurre en la Patagonia con las concesiones salmoneras como ejemplo.

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