Por: Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
En una columna anterior escribimos sobre que es el Barco de la Paz y de nuestro trabajo conjunto para declarar Patagonia Patrimonio de la Humanidad.
Pues, el 31 de enero pasado nos embarcamos por segunda vez en este peculiar barco, invitados como conferencista. Esto, porque CODEFF y PEACEBOAT están asociados hace tiempo. Un honor, fortuna y gran responsabilidad. Hay mucho que contar sobre este viaje, en que desde Ushuaia navegamos por el Mar de Drake hacia las Shetland del Sur y la Península Antártica, lugar de los mas telúricos, hermosos y potentes que conozcamos. De ahí, volvimos hacia el Cabo de Hornos y luego por la costa atlántica al Estrecho de Magallanes y Punta Arenas, donde llegamos el 7 de febrero. Luego, nos dirigimos por el Pacifico a Valparaíso, desembarcando el 12 de este mes. Ahora el barco va en camino a Rapa Nui donde llega el 18.
Mientras navegábamos por el mar antártico se sucedían interesantes conferencias y anuncios de expertos sobre ese congelado continente. A la vuelta y con la Patagonia por delante, nos tocó hacer nuestra primera conferencia, cuya temática era: presentarme / alguna información geográfica, de pueblos originarios y culturales de la Patagonia / algo sobre Chile / y, nuestra propuesta de Patagonia Patrimonio de la Humanidad. A esa conferencia en el teatro del barco asistieron unas quinientas personas. ¡Lleno total! Al punto que posteriormente hubo una advertencia de que se debía mantener despejados los pasillos por razones de seguridad. En todo caso, el entusiasmo de los pasajeros por la Patagonia era tremendo. Las otras dos conferencias, esta vez en el auditorio, fueron después de salir de Punta Arenas y su temática fue: Salmon Industrial en la Patagonia (y en eso las empresas japonesas y chinas implicadas) y sobre nuestras actividades, campañas y logros como ONG. Pretendíamos, además, en Valparaíso reflotar públicamente la propuesta Patagonia Patrimonio de la Humanidad convertida en expediente de Sitio de Patrimonio Natural Mundial “Hielos y Archipiélagos Patagonicos”, pero, por desgracia, no resultó.
Ahora, esto de conferenciar en el Barco de la Paz no es tan simple como parece. Eso, porque los idiomas a bordo eran el japones, el inglés, el chino mandarín y el coreano, lo que nos obligaba a entendernos en inglés y preparar las presentaciones en ese idioma. Una semana antes de abordar el barco, cuando ya estaba todo listo y tratando de hablar y pensar en inglés, nos dijeron que podíamos hacer las presentaciones en español, con lo que tuvimos que volver atrás y entrenar de nuevo. Esto de los idiomas nos tuvo varios días antes de cada presentación entrenando en español e inglés con los traductores. Eso, para que estos entendiesen de que se trataba. Así ocurrió, que nuestras conferencias eran habladas en español, mientras en la pantalla aparecía la presentación en inglés, los traductores principales (Kenji y Koga) traducían al japones y en simultaneo se traducía al inglés, chino y coreano. ¡Bastante complicado y vaya a saber si lo que traducían estaba bien! Además, tras la segunda conferencia, tuvimos una sesión de “Pregúntele a Peter”, en inglés y sin traducción, con lo que no hubo muchos participantes, en que surgieron preguntas bastante interesantes sobre la Patagonia, sus pueblos originarios, la intención de ser Patrimonio de la Humanidad y la salmonicultura. Y a propósito de idioma, costaba entenderse en ingles con los pasajeros japoneses y no tanto con los chinos de Taiwan, Hong Kong y Singapur con quienes conversamos. Menos mal, una de mis coordinadoras era “nikei “(Laura, japonesa nacida en México y que también vivió en Sao Paulo y domina cinco idiomas), con quien hablábamos en español y había mas hispanos a bordo, entre ellos el médico (hondureño) un adjunto del capitán (panameño), una profesora de idiomas (mexicana) y varios tripulantes y personal de a bordo (filipinos). Y en el tramo antártico, Emilie (gringa que habla bien el español) y varios “Jóvenes por los ODS” de la ONU, entre los cuales había dos chilenos (Catalina y Benjamín). ¡Y estaba un cuarteto de músicos venezolanos y la Orquesta Juvenil Bonaerense, que tuvieron notables presentaciones! Entre mis ayudadores había también algunos que algo hablaban y entendían español; Yury y Chris. Alguien mencionó que en Punta Arenas habían subido dos prácticos chilenos, pero no los vimos. De hecho, a los marinos del buque prácticamente no se les veía y el restante personal funcionaba en un mundo aparte del nuestro de “pasajeros”, mundo con su propia circulación y espacios. | Leer en Aisén Reserva de Vida.