Representantes del mundo científico, académico, comunitario y de la sociedad civil, expusieron en el panel “Patagonia chilena, refugio para el cambio climático y laboratorio natural para la ciencia”, que tuvo por objetivo analizar información sobre biodiversidad, cambios globales, conservación, patrimonio cultural y comunitario de este vasto y prístino territorio, visualizado como un refugio frente al actual escenario de cambio climático.
Este evento se realizó como colaboración entre el programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile y el grupo de trabajo Patagonia Mar y Tierra (PMT) conformado por WWF-Chile, Fundación Omora, Fundación Melimoyu, Aumén, Fundación Terram, Centro Ballena Azul, Puelo Patagonia, y The Pew Charitable Trusts, quienes, aportando desde diversas experiencias, abogan por la conservación de la Patagonia chilena – terrestre y marina- enfatizando en la creación, ampliación e implementación efectiva de áreas protegidas.
“Desde Patagonia Mar y Tierra creemos que generar un modelo de conservación marino-terrestre en la zona austral de Chile, puede ser un ejemplo de desarrollo distinto: por una parte, protegemos y conservamos ecosistemas únicos, y, por otro lado, generamos un modelo de trabajo y de economía local que puede ser replicable en otras partes de Chile y el planeta”, comentó Flavia Liberona, directora ejecutiva de Terram y parte del grupo PMT.
Pamela Mayorga, representante de la comunidad de Chaitén e integrante de la organización Yene Purrun We, Sylvia Earle científica y fundadora de Mission Blue, Rodrigo Hucke-Gaete, investigador asociado Programa Austral Patagonia, Flavia Liberona, directora ejecutiva de Terram y parte del grupo PMT y Francisco Solís, del Programa Patagonia Chilena.[/caption]
La COP25 nos está empujando a mirar al océano como un aliado, ayudando a los ecosistemas costeros no solo a adaptarse a la crisis climática, sino que también a mitigar los efectos de ésta. “En la Patagonia -dice el Dr. Rodrigo Hucke-, hemos descubierto un refugio de vida marina. Pero hoy también la estamos descubriendo como un refugio climático para la biodiversidad, donde las ballenas podrían actuar como grandes sumideros de carbono tanto por sus ciclos biológicos como por su biomasa”, revela el investigador del Programa Austral Patagonia de la UACh y presidente del Centro Ballena Azul.
Pamela Mayorga, representante de la comunidad de Chaitén e integrante de la organización Yene Purrun We, también presentó su visión desde el territorio con respecto a la conservación: “Hoy más que nunca, y bajo un clima cambiante, necesitamos figuras de conservación que respeten el medio ambiente. Así las ECMPO (Espacio Costero Marino de Pueblo Originarios), les permiten a las comunidades un desarrollo sustentable, que mejoraren las brechas de desigualdad de la pobreza y desamparo de las zonas extremas de la Patagonia, así como también, formen un cerco de protección frente a la industria extractiva que depreda el mar y entrega externalidades negativas a las comunidades”.
La exposición contó con la presentación de la destacada científica y fundadora de Mission Blue, Sylvia Earle, quien ha recorrido la Patagonia Chilena y ha destacado constantemente la importancia de uno de los últimos grandes territorios prístinos que quedan en el mundo y la urgencia de preservarlo por el bien de la humanidad. “Tenemos que hacer todo lo posible por proteger este territorio mientras estemos a tiempo de hacerlo”, concluyó.